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Morro de Las Nieves

Las Nieves

Durante la época prehispánica, los barrancos del Río y de la Madera constituían dos asentamientos poblacionales de gran importancia en la distribución territorial del cantón de Tedote; ello explica la cantidad de estaciones rupestres, cuevas-viviendas y cuevas de enterramiento que aún hoy se conservan. Ambos barrancos quedan separados por el Morro de Las Nieves, que debió servir como lugar de culto a los antiguos pobladores, lo que explica que fuese a su vera donde se edificase el santuario mariano con el propósito de promover un proceso de aculturación religiosa más rápido y efectivo, mediante la sustitución de los rituales y divinidades benahoaritas por los de raíz católica. El Morro funcionó como un almogarén o lugar sagrado, donde los palmeses celebraban ritos de fecundación en honor de sus dioses, favoreciendo la lluvia, los cambios estacionales, etc. Ofrecían leche, manteca y sangre de animales sacrificados; ello explica la presencia de una piedra de gran tamaño colocada estratégicamente de manera que los líquidos caían primero sobre una red de canaletas excavadas en la roca, desde donde llegaban a distintas cazoletas. El lugar contaba, además, con un árbol sagrado hoy desaparecido, un bello ejemplar de Pinus canariensis que luego pasó a denominarse Pino de la Virgen. En la época histórica, además, el Morro de Las Nieves fue puesto de vigilancia para prevenir las amenazas marítimas y todavía hoy persisten allí los cañones de la Virgen, procedentes de las antiguas fortificaciones militares, con los que se anuncian la Bajada lustral y la fiesta del 5 de agosto.